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Desapareciendo: un contrarchivo de la desaparición en el Ecuador

 

Telmo Pacheco / Carolina Garzón / Juliana Campoverde / Camilo Tobar / Christian Acevedo / Michelle Montenegro / Geovanna Pérez / Byron Rocano / Gustavo Garzón / Luis Velásquez / Luis Sigcho / Leonor Ramírez / Alexander Romo.

 

El fenómeno de la desaparición desde el activismo y las prácticas de archivo.

Las desapariciones forzadas e involuntarias se han convertido en un problema cada vez más presente en el Ecuador, y esto se debe en gran parte a la mayor visibilidad de los casos producto del accionar de la organización civil y los propios familiares de los desaparecidos, quienes han venido haciendo evidente el aumento de este fenómeno junto con la falta de acción del Estado. La lucha por obtener una respuesta y ágiles investigaciones ha movilizado, a través del cuerpo y su presencia pública, la solidaridad de colectivos y organizaciones de derechos humanos para hacer pública las demandas por la verdad y el acceso a la justicia.

 

Dentro de este panorama se encuentra ASFADEC (Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador)[1] un grupo de personas provenientes de diferentes frentes que orbitan alrededor de la solidaridad para reforzar las distintas resistencias que se generan alrededor de los casos, llevando la bandera de los desaparecidos a nivel nacional y logrando en la ciudadanía el reconocimiento de esta realidad, irrumpiendo en el panorama público para que su voz sea escuchada y convirtiendo su propia lucha en la lucha de todas las víctimas.

 

Todo indica que es una problemática en aumento. Según estadísticas de la fiscalía existe un total de 42.953 personas reportadas como desaparecidas contabilizadas desde años anteriores al 2013 hasta diciembre de 2017, lo que indica que cada año desaparecen 10.500 personas desde el 2014, de las cuales el 67,22% son mujeres (Asfadec). En este escenario la lucha de la organización desde el año 2012 ha liderado algunos avances en la presión política por esclarecer los casos de desapariciones y cambiar la estructura del tratamiento de los mismos, es así como recientemente se aprobó desde la asamblea la Ley Orgánica de Actuación en Casos de Personas Desaparecidas y Extraviadas[2], que ha sido una demanda importante desde INREDH (Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos). Es en este escenario en el que aparece el proyecto Desapareciendo: contrarchivos de la desaparición.

 

Desapareciendo

Un proyecto de arte que se propone como dispositivo de creación y pensamiento crítico de carácter colaborativo para el fortalecimiento de la asociatividad y la lucha de los familiares, en relación directa con las condiciones sociales de los cuerpos y la política de las imágenes. En este marco Desapareciendo evidencia el fenómeno de la desaparición en el Ecuador desde la memoria doméstica de los archivos, creando un relato paralelo de la desaparición que interpela al espectador desde la sensibilidad del conflicto, en contraposición a la relativización mediática de la información oficial desde el Estado. Partiendo del accionar colectivo y las distintas aristas del fenómeno como el género, la indolencia política en el orden administrativo de la justicia y la implicancia y burocracia institucional, Desapareciendo indaga en los procesos de lucha como formatos de comunicación e intervención, utilizando los recursos del archivo y la gráfica como elementos de traducción y develamiento de la información.

 

El proyecto nace en el año 2015 al accionar una curaduría participativa entre los artistas y familiares para la producción de contrarchivos, y la posterior irrupción en espacios públicos, museos y centros culturales, para lo cual se han creado metodologías colaborativas con los familiares en torno a la investigación documental de 13 casos de personas desaparecidas y la aproximación al trabajo activo de ASFADEC para reconstruir una memoria de las desapariciones e interpelar a las instituciones públicas a cargo de gestionar las demandas ciudadanas. En este proceso se han movilizado instancias de talleres-laboratorios colectivos para la recuperación de  recursos (documentos y objetos) que han sido manipulados en algunos casos a partir de la copia y reproducción, en otros, a partir de la creación de diferentes formatos para ser desplegados en contextos de movilización (espacio público) e intervenciones museográficas site-specific.

 

Desbordar la trama

Se entiende el despliegue instalativo de la obra como un documento, el diagrama que se plantea a través de instalaciones biográficas, desclasificación, reescritura de documentación y la organización ciudadana como estructura de derecho, es una reconstrucción de los sentidos inmersos en el drama de las desapariciones, que refleja una transparencia determinada en lo humano. En este proceso se ha privilegiado el poder de la comunicación sensitiva por sobre el número estadístico, a pesar de estar también presente, y en cierta medida se ha dado mayor presencia al símbolo que a la imagen rostro, con la intención de presentar realidades específicas, pero con el fin de abstraer en una iconografía la problemática de la desaparición.

 

La propuesta se ha constituido en una plataforma itinerante en formato expositivo que ha recorrido varios espacios a nivel nacional e internacional, como evidencia de una realidad  inmersa en la violencia sutil y despiadada de la violación de los derechos humanos de las víctimas.

 

En cada intervención donde se ha realizado un despliegue del proyecto se intenta que el espacio y el tiempo que dura la muestra no sea un lugar muerto, sino que responda en relación directa con la lucha de los familiares para proponer contextos de diálogo sobre la problemática, logrando la organización de encuentros y dinámicas de comunicación entre los familiares y la colectividad. De esta forma, el arte se convierte en una herramienta de reflexión social que aporta a la construcción de sentidos colectivos.

 

Más allá de las estadísticas o la crítica al sistema de justicia, Desapareciendo busca humanizar el escenario político de las desapariciones, haciendo visible la lucha organizada y los cuerpos implicados, de esta forma se entiende la obra como una movilización de memoria necesaria desde el archivo visual que hace de las otras lecturas su principal estructura, aquellas que escapan a la imagen mediática y a los números. Organizando por un lado un conjunto de rastros que forman parte de la vida diaria de los familiares a través de la sensorialidad material de los objetos y el tiempo documentado e intuitivo, y por otro reorganizando la memoria colectiva de los procesos y los cuerpos como un tejido orgánico de resistencias.

 

[1] www.asfadec.org

[2] Para la revisión de la Ley Orgánica de Actuación en Casos de Personas Desaparecidas y Extraviadas: https://www.inredh.org/archivos/pdf/Proyectodeleydesaparecidos.pdf

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